martes, 18 de septiembre de 2012

El hereu



Es conocida la tendencia de los políticos a la hipérbole y el ditirambo. Sólo así se entiende que Esperanza Aguirre pueda definir a su heredero, Ignacio González, como un gran jurista. Salvo que se licenció en Derecho y su habilidad es soslayar las complicaciones procesales, no se le conocen otros méritos en la judicatura.


Les oyes y te preguntas, ¿En qué país vive esta gente? Hablan de cosas que nada tiene que ver con lo que les preocupa a los ciudadanos. En el Parlamento tratan de asuntos totalmente abstrusos mientras quienes los llevaron al escaño claman por soluciones concretas. Un desvarío.

 ¿Cómo es posible que se produzca tal desajuste? Se han creado su república independiente y se han acomodado en esa órbita. Han desarrollado un sistema de captación ajeno totalmente a la intervención de los ciudadanos. Para acceder a la representación política no se requiere una gran preparación intelectual, ni cultural, ni experiencia en movimientos ciudadanos, ni conocimiento político. Es suficiente con manejarse en la estructura jerárquica de los partidos, orientarse en la dirección donde sopla el viento. Saber quién manda en el partido y hacerse fan para tener garantizado un puesto en las listas cerradas. Y, luego, esperar que corra la fila.

Naturalmente, hay excepciones, apañados iríamos si no fuera así. Pero son minoría, ese es el drama. Un alto número de parlamentarios no ha desempeñado otra tarea que las que le encomendaran en su partido. Muchos no han cotizado como trabajadores fuera de ese entorno. Algunos no han concluido unos estudios o una profesión que les permitiría vivir honestamente fuera del ámbito político. De ahí que se vean obligados a urdir o participar en todo tipo de maniobras, maquinaciones y complots para sobrevivir en la política. 

Todo ello es harto conocido. Pero cuando se constata con nombre y apellido produce desolación. Los periódicos ofrecen hoy lecturas diversas sobre la decisión de Esperanza Aguirre de abandonar el poder. En lo que coinciden es en el meritoriaje de su sucesor: un fontanero del poder al servicio de su mentora. Y ahí está: la primera autoridad de la Comunidad de Madrid.

Hoy, la única foto posible es la de Santiago Carrillo, que ha muerto a los 97 años y es la antítesis –para bien y para mal- de los políticos actuales.  

3 comentarios:

  1. Hummmmmm lo que pasa es que esto no coincide con muchos cargos políticos del gobierno...muchos son funcionarios en excedencia, es probable en este caso que alguno más que de la izquierda ¿no es así?

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    1. En la generación de la transición hay, efectivamente, muchos funcionarios de carrera y algunos que, teniendo su propia trayectoria profesional de éxito, dejaron todo por la política. Pero, una vez asentada la democracia (si se le puede llamar así) se ha generado también una "casta" de gente que en su vida no ha hecho otra cosa que estar "al servicio del partido". Gente que necesita imperiosamente de un cargo público para sobrevivir. Y esto se da, fundamentalmente, en los dos partidos mayoritarios, creo que en porcentajes similares.

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