sábado, 27 de febrero de 2016

Adamo en Brujas



Salvatore Adamo era un tipo escuchimizado, con cara de ratón y pelo ralo -no exactamente un adonis- que, no obstante, encandiló a varias generaciones de mujeres de las últimas décadas del siglo pasado con unas canciones de amor que contribuyeron a enlazar parejas y tejer amoríos.

Italiano de nacimiento y belga de adopción, además de encandilar en sentido platónico parece que Adamo enamoró en sentido real a Paola de Lieja, en una época de despendole de quien luego habría de sentarse en el trono de los belgas. Paola era una italiana trasplantada por matrimonio a una corte en la que reinaban Fabiola y Balduino con un estilo de beaterio excesivo incluso para la época. De aquella historia entre cantante y princesa quedó una recatada canción - Paola, dulce Paola- que fue objeto de comidilla y poco más. Muchos años después, Alberto II, rey de los belgas y marido de Paola, nombró caballero a Salvaore Adamo, lo que no deja de ser un gesto meritorio. Para ambos, creo.

Adamo actuó con frecuencia en España y versionó casi todas sus canciones en castellano. Que levante la mano una sesentera actual que no haya bailado al son de Mis manos en tu cintura.

Adamo tuvo la rara habilidad de embellecer lo cotidiano -Cae la nieve o Un mechón de tus cabellos- debido a que buscaba inspiración en Victor Hugo o Georges Brassens. Jacques Brel lo consagró definitivamente al bautizarlo como Jardinero del Amor.
Problemas de salud habían retirado al cantante de los escenarios y de las giras. Hacía muchos años que la viajera había perdido su pista cuando, en un poste de Brujas nos topamos con un anuncio de actuación.

El tiempo, a veces, se complace en conjugarse en bucle.

2 comentarios:

  1. Hubo un tiempo en este país que se era o adamista o rafaelista ¿lo recuerdas?.

    Saludos

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  2. "Mis manos en tu cintura" evoca un tiempo casi robado y el descubrimiento de que tus padres son personas.
    Un beso

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